miércoles, 30 de noviembre de 2011

Entrenar en invierno.

Muchas veces nos preguntamos cómo se hace un equipo de rugby. Más allá de lo técnico, a veces esta pregunta apunta a otro lugar, a la conformación de un grupo homogéneo, consolidado, que pueda abrazar una misma causa y luchar por ella.
En estos días en que comienza el invierno y el frío resta ánimo y ganas de ir a entrenar, alguno se preguntará por qué mejor no quedarse en casa. Si la respuesta es que de todas formas hay que ir a entrenar, la batalla del día está ganada y el granito de arena, aportado.
Recuerdo una vez que un jugador retirado me contaba acerca de sus lides rugbísticas, de su pequeña gloria deportiva junto a su equipo. Me relataba una anécdota de un entrenamiento que el pensaba importantísimo en su historia como jugador. Técnicamente, no le había aportado mucho pero sí le había dejado una experiencia diferente. Lo que más destacaba era que habían asistido muchos jugadores habiendo sido un día de lluvia torrencial, temperaturas bajo cero y la cancha estaba bajo 15 cm. de agua. En esa oportunidad entrenaron no con el objeto de mejorar sus destrezas sino de fortalecer su espíritu y cohesionar al grupo. Porque aunque como experiencia "extrema" sabe a poco, tampoco era de las más habituales. Los equipos de rugby fuertes son aquellos que saben enfrentarse a la adversidad sin perder el ánimo y el invierno es un mortal "quitaánimos". Superemos la pequeña molestia del frío. Sigamos adelante.

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