miércoles, 30 de noviembre de 2011

¿¿¿Estado físico, técnica o táctica???


Vamos a viajar al planeta de los supuestos...
Supongamos que podemos elegir un plantel de jugadores en el que estos estarán muy evolucionados en uno de estos aspectos:
Grupo 1: superatletas, potentes, veloces, ágiles.
Grupo 2: jugadores dúctiles, hábiles, versátiles.
Grupo 3: inteligentes, grandes tomadores de decisiones (pero sin conocimiento aún del juego).

¿Qué grupo elegiría?
Envienos un comentario y construyamos nuestro equipo!!!

Entrenar en invierno.

Muchas veces nos preguntamos cómo se hace un equipo de rugby. Más allá de lo técnico, a veces esta pregunta apunta a otro lugar, a la conformación de un grupo homogéneo, consolidado, que pueda abrazar una misma causa y luchar por ella.
En estos días en que comienza el invierno y el frío resta ánimo y ganas de ir a entrenar, alguno se preguntará por qué mejor no quedarse en casa. Si la respuesta es que de todas formas hay que ir a entrenar, la batalla del día está ganada y el granito de arena, aportado.
Recuerdo una vez que un jugador retirado me contaba acerca de sus lides rugbísticas, de su pequeña gloria deportiva junto a su equipo. Me relataba una anécdota de un entrenamiento que el pensaba importantísimo en su historia como jugador. Técnicamente, no le había aportado mucho pero sí le había dejado una experiencia diferente. Lo que más destacaba era que habían asistido muchos jugadores habiendo sido un día de lluvia torrencial, temperaturas bajo cero y la cancha estaba bajo 15 cm. de agua. En esa oportunidad entrenaron no con el objeto de mejorar sus destrezas sino de fortalecer su espíritu y cohesionar al grupo. Porque aunque como experiencia "extrema" sabe a poco, tampoco era de las más habituales. Los equipos de rugby fuertes son aquellos que saben enfrentarse a la adversidad sin perder el ánimo y el invierno es un mortal "quitaánimos". Superemos la pequeña molestia del frío. Sigamos adelante.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Eficiencia, eficacia y efectividad en el rugby

Comencemos definiendo estos conceptos que generalmente son confusos para mucho de nosotros. Después hablaremos de rugby.
Eficiencia: obtener un objetivo o producto comprometiendo la mínima cantidad de recursos posible. Resolver un maul con cuatro jugadores es más eficiente que hacerlo con ocho.
Eficacia: capacidad para lograr un resultado, producto u objetivo. La máxima eficacia en rugby consiste en marcar puntos cada vez que un equipo posea la pelota.
Efectividad: relación entre eficiencia y eficacia. A mayor eficiencia y mayor eficacia, mayor efectividad.

¿Cuál es la diferencia más sustancial entre Ma'a Nonu, primer centro de los All Blacks, y el primer centro de mi equipo?
¿Por qué los mejores equipos pueden mantener una alta intensidad de juego a través de los 80 minutos y nuestro equipo de club no?
Estas y miles de otras preguntas que podemos hacernos pueden ser respondidas usando los conceptos de eficiencia, eficacia y efectividad. O mejor aún, sólo usando el primero, eficiencia, ya podríamos darnos una idea cabal de donde radica la diferencia entre un equipo que practique un mal rugby y otro (o incluso el mismo, tomándolo en dos momentos diferentes) que juegue mejor.
Si nos tomamos el trabajo de presenciar concientemente un entrenamiento de jugadores de 6 u 8 años veremos que tienden a concentrarse sobre la pelota, a correr detrás de ella formando lo que algunos llaman "cometa", es decir, una cabeza que se mueve, la pelota, y la cola, los jugadores que la persiguen. A chicos de tan poca edad no les podemos pedir que abstraigan el juego y lo procesen racionalmente, sacando conclusiones lógicas que los convenzan de que es "mejor" tomar una posición determinada en la cancha para intervenir como apoyo, defensor u otro rol. Reemplacemos en la oración anterior "mejor" por "eficiente". El rugby infantil, rugby en su forma más básica y simple, es esencialmente un juego ineficiente. Todos los jugadores corren detrás de la pelota sin un objetivo más elevado que hacerse de la posesión de la misma por unos segundos. Este rugby es un juego de uno contra el resto con la licencia de que un grupo de jugadores, los del propio equipo, no intentarán derribar al portador para sacarle la pelota. Esta es la clave y diferencia entre el rugby bien jugado y el mal jugado: en el primero cada cual cumple su rol y deja que el compañero cumpla el suyo; en el segundo, todos quieren hacer lo mismo a la vez y todos quieren hacer todo todo el tiempo. Máximo esfuerzo a cambio de un mínimo rédito. Para el caso de niños de esa edad, esto es comprensible y perfectamente normal. De hecho, si mantenemos nuestra observación en ese entrenamiento imaginario al que hicimos referencia y delante tenemos un buen entrenador, veremos que todas sus instrucciones tienden a lo mismo, a minimizar los esfuerzos de sus jugadores para que obtengan mejores resultados. Esa es la historia del rugby a todo nivel. Órdenes como "corre hacia la derecha", "acercate al portador", "parensé donde puedan recibir un pase", etc., quieren eso, mejorar el rendimiento indivivual y colectivo.
La respuesta a la pregunta acerca de la diferencia entre Nonu y otro primer centro está dada: Nonu es más eficiente. ¿De qué depende esta eficiencia? De los mismos tres factores que todo en el rugby:
Estado físico: potencia, velocidad, agilidad.
Técnica: destrezas individuales (carrera, pase, patada, salto, uso del campo visual, timing...) y colectivas (ruck, maul, timing...).
Táctica: percepción del entorno + conocimento del juego (incluyendo el reglamento!!!) = toma de decisiones.

Llegado este punto de la nota, algunos estarán pensando que escribí palabras muy lindas pero no concretas. Muy etéreo todo, no? Bajemosló a la realidad con algunos ejemplos. Dejaremos el estado físico de lado para centrarnos en lo técnico y lo táctico.

Técnico:
Tenemos que tener muy claro que aquellos que entrenamos jugadores lo que estamos haciendo es formarlos. Siempre es así, aunque seamos los entrenadores del campeón de la liga, siempre estamos formándolos. El punto de partida con un jugador es definir su rol estratégico, su puesto. Los requerimientos técnicos de un jugador se definen por el puesto que ocupa; nada más distinto que un hooker (2) y un fullback (15). El primero necesita lanzar correctamente la pelota en el line-out y ser un experto en el scrum. Un nº15 tiene que ser solvente en el juego aéreo, buen pateador y veloz (estado físico). De todas formas, hay un sinfín de cualidades técnicas en común sobre las que trabajar: pase, tackle y contacto, por ej.
El ejemplo prometido: si un jugador no tiene una técnica adecuada para caer al suelo después del contacto o tackle, es probable que su equipo requiera más tiempo y más jugadores para liberar la pelota del ruck. Más recursos, más esfuerzo, para obtener lo mismo, la pelota. A mejor técnica individual, mayor eficiencia grupal. Esta es la importancia de la técnica, muchas veces dejada de lado en función del teórico beneficio de lo táctico sobre lo técnico. Hay quienes creen que realizar ejercicios cerrados, cíclicos y repetitivos es poco útil; que es mejor entrenar lo táctico una vez alcanzada una mínima solvencia técnica por parte de los jugadores porque esto obligará progresivamente a la mejora técnica individual. Esto es cierto sólo para los jugadores talentosos.
Nada reemplaza la técnica individual, que en términos generales consiste en hacer cada cosa con la menor cantidad de movimientos necesarios. ¿O alguien lo vio a Messi despeinarse al hacer un gol? Casi no suda!!!, porque es perfecto técnicamente.

Táctico:
Todos los jugadores toman decisiones tácticas constantemente. Decidir ser apoyo profundo o lateral es una decisión táctica, pasar o no pasar un ruck lo es, presionar acelerando la carrera o presionar estáticamente lo es, tacklear arriba trabando el balón o abajo para derribar al portador lo es. Casi todo lo que hace un jugador tiene consecuencias tácticas. De aquí que sea tan importante tener jugadores inteligentes.
El escenario más clásico de ineficiencia táctica en los delanteros es la incapacidad de resolver un ruck con sólo dos o tres jugadores, incluyendo en esto las miles de veces que los jugadores que llegan últimos en lugar de colocarse como apoyos se comprometen en la formación simplemente por inercia. Más jugadores incluidos en un ruck para obtener la misma pelota. Ya lo hemos dicho. El escenario más clásico en los 3/4 es la necesidad de hacer uno dos o más pases demás para romper la línea de ventaja o para trasladar la pelota al sector de ataque deseado.

¿Cómo podemos hacer que nuestro equipo sea más eficiente?
Pregunta simple, respuesta simple: perfeccionando la técnica y la táctica de nuestros jugadores.
Pregunta simple, respuesta compleja: preguntémonos 80 veces "por qué". Por qué mi equipo es lento, incapaz de producir juego. ¿Por qué mi equipo domina el scrum, el line, los rucks y aún así, pierde? ¿Dónde está el problema? ¿En el contacto, en los pases, en la posición de los apoyos, en la salida de la pelota del scrum, en los levantadores del line...? Una vez que hayamos sacado algunas conclusiones, comentémoslas con los jugadores. Muchos entrenadores deberían ser más explícitos con lo que desean obtener de sus jugadores, menos inductivos y más explícitos.

martes, 8 de noviembre de 2011

El uso del espacio

Hay algo que no puedo comprender. Cuando miro un partido de rugby de cualquier categoría, me llama poderosamente la atención que jugadores que portan la pelota, en superioridad numérica, por ejemplo un 3 a 1, tienen dificultades para resolverlo eficazmente con el juego de manos y terminan colisionando, porque no es un choque o percusión deliberado sino una colisión casi accidental, contra el defensor o hacen todo lo necesario para que los defensores que están en profundidad o relativamente alejados puedan llegar a posición de tackle y bloquear el movimiento de ataque. Más allá de los insultos a que son sometidos, a veces ciertamente merecidos, me pregunto cuál es la causa de esto. Hablo de jugadores que tienen la técnica suficiente para correr con la pelota en las manos y hacer un pase preciso a varios metros, aunque también es cierto que si pedimos que lo hagan hacia ambos lados... la muestra disminuye. El problema está en otro factor. No es necesariamente técnico, un problema de destrezas. El problema, creo yo, es que los jugadores no están ni entrenados ni formados en el uso del espacio. Esto es algo definitivamente grave en rugby, un juego donde el objetivo intrínseco de cada movimiento es precisamente ese, la ocupación del espacio. Debe haber pocos o ningún otro deporte en el que el espacio sea tan importante como en el rugby. Y ahí van los centros, de frente, chocándose de cabeza contra los centros adversarios...

Hurgando en las imágenes de mi mente, en la carpeta de "Entrenamientos", archivos visuales de los últimos 15 años, se repite una y otra vez la situación del cuadro de conitos demarcadores de terreno marcando terrenos ínfimos, de 5x5 o a lo sumo de 10x10, pero siempre con jugadores hacinados en su interior pegándose golpes y perdiendo la pelota. Esos mismos jugadores son los que el partido siguiente volvieron a perder la posesión de la pelota pero esta vez en una situación de juego diferente, la del 3 a 1 que mencionábamos antes con decenas de metros cuadrados alrededor y ninguna experiencia en su resolución. Quiero decir, en general no entrenamos situaciones del juego en las que nuestros jugadores estén con posesión controlada del balón, en relación numérica favorable y gran cantidad de espacio. Insistimos permanentemente en entrenar bajo el adagio de que cada jugador tiene que gestionar un espacio de 5 x 5 mts y no solemos salir de él y con esto lo que le estamos transmitiendo a los jugadores es que la referencia del juego es el adversario, no el espacio libre. ¿Cuándo fue la última vez que entrenamos un 2 a 1 en un espacio de 20 x 10 mts. o 30 x 10 mts.? ¿Por qué no lo hacemos? Porque consideramos que jugar con espacio es mucho más fácil que jugar sin espacio. Creo que esa es la razón pero también creo que esa es una verdad relativa. Es cierto que es más simple pero no necesariamente más fácil, porque implica mayor control de la carrera, del pase, del espacio en definitiva. El error más frecuente que vemos en el juego en grandes espacios es que los jugadores tienden a reducir su propia área de juego porque están acostumbrados a jugar en espacios reducidos. Lo habitual es que un jugador promedio perciba que ha tomado la marca adversaria a mucho menor distancia del adversario que lo necesario, acercándose a la línea defensiva oponente y dando como resultado la reducción del espacio que tendrá para jugar el receptor del primer pase y su apoyo externo. En defintiva, al tomar la marca demasiado cerca terminan favoreciendo a la defensa, que precisamente lo que necesita en reducir el espacio disponible para el atacante y, en consecuencia, el tiempo de reacción y ejecución del ataque.
La propuesta sería que cambiemos nuestra idea de lo que es fácil o difícil de ejecutar en el juego, asumiendo que jugar en espacios abiertos puede ser todo un desafío, a veces aún mayor que jugar en espacios cortos y con apoyo cercano y eficaz. Al alterar la variable espacio en nuestros ejercicios veremos rápidamente que varían también el tiempo (el "timing") de ejecución de la carrera, el pase, los cambios de paso, la toma efectiva de la marca y, en función de esto también variarán las necesidades de portador y apoyos, teniendo que ser más precisos no sólo en los pases, que al ser más largos serán más difíciles, sino también en la relación posicional de los jugadores, dando la posibilidad al apoyo externo de elegir su posición en el eje profundo y en el lateral en función de la posición de la defensa. De hecho, en el juego con más espacio es mucho más importante que el apoyo externo sea un buen jugador posicionalmente que en el juego cerrado, donde basta con colocarse con profundidad, sin tener que seleccionar su posición en el eje lateral (porque este prácticamente no existe). Más allá de todo este divague hipocientífico, los invito a que prueben a sus jugadores en ejercicios de 3 a 1 en espacios de 30 x 10 y se sorprenderán. Prueben un 5 a 3 en un campo de 40 x 20 mts. Cada vez que vean ganar a la defensa verán que están dejando en evidencia las falencias técnicas de los atacantes (pase, carrera) y su incapacidad de conducirse eficazmente en el espacio. Bueno, es lo que me pasó a mí. Ustedes dirán.